En esta inmersión en aguas de la ría de Arousa intentaremos conocer un curioso y bello animal colonial que se desarrolla de forma arbustiva: el coloquialmente conocido como “falso coral negro”. Este cnidario antozoo que Bertholini describió en el año 1819 con el nombre de Gorgonia savaglia, y que en la actualidad se denomina Savaglia savaglia, no es una gorgonia (aunque a primera vista lo parezca), sino un hexacoral, es decir una anémona. Está protegido a nivel nacional e internacional, estando incluido en el Anexo II del Convenio de Barcelona y del Convenio de Berna.
Hasta principios del presente siglo se creía que su distribución se extendía por el Mediterráneo, los archipiélagos atlánticos de Canarias, Madeira, Azores y las islas de Cabo Verde, pero Ocaña y Brito descubren que pese a ser muy similares la especie atlántica es distinta y describen en el año 2004 una nueva especie que denominan Gerardia macaronesica. El descubrimiento de varias colonias de Savaglia savaglia en nuestra ría vuelve a extender su distribución otra vez al Atlántico.
Para ver esta especie deberemos sumergirnos en bajos rocosos con corrientes de marea entre moderadas y fuertes, a profundidades mayores de 30 metros.
Savaglia savaglia forma colonias arborescentes usando en un principio a gorgonias como soporte (en nuestras aguas sobre Paramuricea grayi Johnson, 1861, a las que va colonizando hasta su total recubrimiento), generando su propio esqueleto córneo solo donde lo necesita, tanto en longitud como en grosor. Es este esqueleto generado el que le da en cierta medida su nombre común que, como se puede apreciar en la foto de detalle entre los pólipos, es de color negro.
Las colonias se ramifican en un solo plano y las ramas se van aguzando hacia sus extremos, llegando a alcanzar hasta 1 metro de altura. Los pólipos, que apenas alcanzan el centímetro de altura y recubren densamente la colonia, presentan dos coronas tentaculares con hasta 27 diminutos tentáculos rodeando su disco oral, en el centro del cual está la boca. Los pólipos pueden ser de color blanco-rosado o de un vistoso color amarillo lo que condiciona el color de la colonia.
Es una especie carnívora que se alimenta de copépodos y otros pequeños animales microscópicos que captura del agua que le rodea con sus tentáculos. Es su alimentación filtradora la que condiciona su asentamiento en zonas de fuerte hidrodinamismo, situándose siempre de forma perpendicular al sentido de la corriente
Estudios sobre especies del género Gerardia en aguas del Caribe han destacado una longevidad de hasta 1.800 años, lo que las sitúa entre los animales marinos más longevos, siendo por ello propuestas por varios grupos de científicos como especies ideales para el estudio a largo plazo de los océanos de nuestro planeta.
Es un especie de muy lento crecimiento, apenas unos 5 centímetros al año, que se cree que está en regresión, siendo su principales enemigos la contaminación, la alteración de hábitats marinos, las redes de pesca, sobre todo las de enmalle, y los buceadores desaprensivos que arrancan y llevan ramas de recuerdo o que, incluso sin darse cuenta y por no controlar su flotabilidad, les causan graves daños con sus aletas.
Las pocas colonias que podemos observar en nuestra ría se encuentran protegidas entre grandes peñascos, lo que las ha protegido y protege de las redes de arrastre usadas en el interior de la ría, “bou”, y de las redes de enmalle, “Miños” y “Trasmallos”. Pero esta ubicación no las protege de nosotros, los buceadores, por lo que es necesario que entre todos tomemos conciencia de la gran responsabilidad que algunas inmersiones requieren de nuestra parte.
Como tema de discusión, con la cervecita después de la inmersión, podríamos plantearnos si con el nivel de enseñanza actual de los cursos de buceo y la destreza de los buceadores es ecológicamente sostenible nuestra actividad ¿??